Don Abundio se creía hombre bueno
y confiado miró un día su reflejo...
la imagen le causo temor...
el charro negro apareció...
Caro precio el que pagó, la muerte apareció,
el diablo por la espalda se incrustó
y el alma por la boca le sacó...
Solamente le hizo recordar,
el muerto que muerto está...
muerto debe quedarse...